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EN NOVIEMBRE de 1933, el general Augusto César Sandino ––en señal de amistad y reconocimiento–– regaló al doctor Salvador Buitrago Díaz sus binoculares de campaña con su estuche. Este es de cuero café, forrado en terciopelo color morado por dentro, con la tapa y la bandolera desgastados por el uso y el tiempo. Los binoculares son marca C. F. Folh & Co., de Berlín, número 37399, con un aumento de 12 (los objetos observados aparecerán 12 veces más grandes que a simple vista) y la palabra Germany en el gemelo. Tienen color negro y miden, replegados 14 centímetros. Los heredó Mario Cajina Vega (1929-1995), yerno de Buitrago Díaz y todavía se encuentran a resguardo.

Desde 1917 el intelectual boaqueño Francisco Buitrago Díaz dirigía en Managua La Tribuna, diario independiente que llegaría a ser, a partir de 1927, órgano de la causa nacionalista del Guerrillero de Nuestra América. Ejemplares de La Tribuna se conservan en la Hemeroteca Nacional “Manolo Cuadra”: del núm. 143 (10 de octubre, 1917) al 2848 (20 de diciembre, 1933). Subtitulado “Diario de la Mañana”, constaba de 4 páginas tamaño grande y se editaba en su propia imprenta. Con el número 2729 (noviembre 13 de 1929), Buitrago Díaz clausuró su periódico, debido a que el gobierno de José María Moncada le negó el derecho de circular. Reaparecería el 1ro. de octubre de 1933.
A raíz del magnicidio de Sandino el 21 de febrero del 34, el gobierno de Juan Bautista Sacasa decretó al día siguiente la suspensión de todos los periódicos del país. El 24 fueron convocados a una reunión, por el Ministerio de la Gobernación y Policía, todos los directores y redactores, anunciando que los periódicos podían salir a luz, pero bajo determinadas condiciones.
El 25 Buitrago Díaz publicó el decreto, la convocatoria y sus consecuencias con un editorial que encarnaba el sentimiento y la actitud del pueblo nicaragüense. La Tribuna se abstenía “De hacer ninguna narración mentirosa de la tragedia que culminó con la muerte del general Sandino, héroe cumbre de nuestra historia, transfigurado ahora en una entidad mucho más luminosa todavía por las proyecciones de gloria del martirio. Es mejor callar, que no decir abiertamente lo que se sabe, lo que palpita en el corazón del pueblo”.
Es muy conocida la foto del doctor Salvador Buitrago Díaz (de traje oscuro), del general Sandino y del periodista estadounidense Earl McGuire (ambos de traje blanco) en Niquinohomo (noviembre, 1933).